Nuestra historia

En el año 1979 los obreros de la Iglesia de Cádiz, Julio Moreno y Genoveva Borrego, después de su matrimonio fijan su residencia en la ciudad de San Fernando, en la calle  Pascual Odogherty nº 4-3º. Aprovechando la circunstancia de que dos familias de esa localidad frecuentaban la iglesia (hoy una de ellas permanece fiel, Antonio y Pilar), la congregación les encomienda  iniciar una labor de evangelización con vistas a establecer un punto de misión. Comenzando con la ayuda de miembros de la iglesia, las visitas y actividades evangelísticas y estableciendo reuniones en la casa de los obreros.

En el año 1983 los obreros Julio y Genoveva, ya pastores de la congregación de Cádiz,  se trasladan por motivos de trabajo a dicha ciudad, pasando la responsabilidad del punto de misión a la iglesia de La Línea, pastoreada por el pastor Francisco Vallejo, ya que a la sazón tenían un matrimonio de dicha congregación que se quedó a vivir en el piso que dejaron Julio y Genoveva.

En el año 1985 el pastor Francisco Vallejo, que había continuado con la supervisión de la obra, solicita nuevamente a los pastores Julio y Genoveva que vuelvan a asumir dicha responsabilidad, entendiéndose por ambas partes que era lo más conveniente para su desarrollo. Ya en ese momento los contactos se reunían en la calle Stª Joaquina de Vedruna.

En el año 1991 los pastores Julio y Genoveva traspasan la labor pastoral al pastor Fidel Gutierrez, de la iglesia de Rota, en previsión de encontrar un pastor que se dedique plenamente a dicha congregación.

En el año 1992 se entrega el pastorado de la iglesia a los pastores Miguel Pujol Bernabeu y Dolores Cortés Rosas,  que a la sazón, habiendo sido fundadores de la Asambleas de Dios de España y estando ya jubilados, prestaron un servicio más a la obra del Señor, servicio que realizaron durante aproximadamente unos seis meses hasta que dicha labor fue encomendada definitivamente a su hijo, el pastor Miguel Pujol Cortés, que actualmente junto con su esposa Elena Lubián Romero de Agredano la vienen desarrollándolo. Las reuniones de culto se siguieron realizando en Stª Joaquina de Vedruna hasta que en 1997, por un acto de fe del pastor y apoyado por la congregación, se compró el local que actualmente tenemos, situado en la Plaza Emperador Carlos s/n, inaugurándose en el año 1998 después de realizar la restauración y habilitar el local como lugar de culto. 

       En estos quince años, la iglesia ha crecido ostensiblemente, tanto en membresía como en ministerios y liderazgo. Con los aportes ministeriales de la pastora Elena Lubián, se han consolidado la Escuela Bíblica, el Grupo de Alabanza, el Departamento de Jóvenes y el Grupo de Hermanas. 

En los últimos años, los pastores están trabajando en nuevos ministerios, resultado de proyectos que se han hecho realidad, como la fundación de la Asociación de Ayuda al Excluido Social-ADAN, que viene funcionando desde el año 2010,  destacando los cursos, conferencias y talleres que se han desarrollado en estos años.

De igual manera se está ejerciendo un atractivo ministerio a través del departamento de Medios de Comunicación Social, que intenta aprovechar los recursos que aportan las nuevas tecnologías para poder difundir el evangelio por la red. Por este motivo se ha creado la página web de la iglesia y Radio Adesanf, predicando en directo todos los domingos desde el 2011. 

Gran parte de todo el trabajo ministerial que que se está realizando, obedece al respaldo de la iglesia a los pastores, tanto de los hermanos más antiguos como de los más nuevos, todos unidos en un mismo propósito. Por otra parte, obedece a la visión de los pastores en el levantamiento de nuevos líderes y obreros; hermanos con marcado deseo de servicio cristiano,  que se forman  a la par que sirven al Señor, apoyando a los pastores en la visión ministerial.

Damos gracias a Dios por estos quince años, por el templo, por cada hermano, por cada ministerio y por los pastores; pero, como iglesia, miramos hacia  delante. Sabemos acerca de los tiempos difíciles que estamos atravesando, pero también confiamos plenamente en el poder de Dios para avivar los corazones.Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis (Hab. 1:5).